martes, 14 de abril de 2009

Medina Azahara (Madinat al-Zahra)

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Hola a todos!!

La verdad es que no sé muy bien cómo empezar este blog, pero se me ha ocurrido que una buena manera sería explicar porqué mis padres me pusieron de nombre Azahara.

Resulta que mi padre estudiaba la licenciatura de Geografía e Historia cuando mi madre estaba embarazada y le tocó hacer un trabajo sobre la ciudad de Medina Azahara en Córdoba. La historia de la ciudad y sus protagonistas les fascinó a ambos y decidieron que ése era un buen nombre para mí, su "princesita".

...Y, bueno, con semejante nombre supongo que era sólo cuestión de tiempo que pasados los años decidiera bailar Danza Oriental y conocer todo la que la rodea...

Aquí os dejo un poco de historia, que he encontrado por la red, sobre la ciudad de Medina Azahara. Yo nunca he ido pero os aseguro que uno de mis sueños por cumplir es ir a visitar esas ruinas... ¡¡¡y la verdad es que en las fotos y descripciones se ve preciosa!!!

¡Espero que os guste!



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Medina Azahara, castellanización del nombre árabe مدينة الزهراء Madīnat al-Zahrā' (‘la ciudad de Zahra’) es una ciudad palatina o áulica mandada edificar por Abderramán III (Abd al-Rahman III, al-Nasir) a unos 5 km en las afueras de Córdoba en dirección oeste.

Los principales motivos de su construcción son de índole político-ideológica: la dignidad de califa exige la fundación de una nueva ciudad, símbolo de su poder, a imitación de otros califatos orientales y sobre todo, para mostrar su superioridad sobre sus grandes enemigos, los fatimíes de Ifriqiya, la zona norte del continente africano. Además de oponentes políticos, lo eran también en lo religioso, ya que los fatimíes, chiíes, eran enemigos de los omeyas, mayoritariamente de la rama islámica suní.


Historia de su construcción

Las obras comenzaron en 936, a cargo del maestro alarife Maslama ben Abdallah. En el 945 se produce el traslado de la corte a esta ciudad, que en esos momentos cuenta con la mezquita Aljama (941), aunque la ceca o casa de la moneda no se traslada hasta 947-948. No obstante, las obras se prolongan hasta el reinado de Alhakén II, lo que explica las similitudes estilísticas entre esta ciudad y la ampliación de la mezquita de Córdoba llevadas a cabo por este hijo y sucesor de Al-Nasir.

Se ubica en las faldas de Sierra Morena, al pie de la montaña Yebel al-Arus ('Monte de la Desposada') y en contacto con el valle del Guadalquivir. La topografía en pendiente de este lugar explica su disposición en terrazas o niveles, el primero de los cuales corresponde a la zona residencial del califa, seguido por la zona oficial (casa de los visires, cuerpo de guardia, salón rico, dependencias administrativas, jardines...) para finalmente albergar a la ciudad propiamente dicha (viviendas, artesanos...) y la mezquita Aljama, separadas de las dos terrazas anteriores por otra muralla específica para aislar el conjunto palatino.

Frente a la idea laberíntica y caótica característica del urbanismo musulmán, Medina Azahara presenta una planta rectangular de aproximadamente 1500 metros por 750 con trazado ortogonal y una red de alcantarillas y abastecimiento de agua perfectamente planificada. Está considerada la mayor superficie urbana construida de una sola vez en el Mediterráneo.

Arquitectura de la Ciudad Palatina

Salón Rico o salón de Abderramán III

Actualmente solo se ha excavado un 13% de su superficie total, entre la que destaca el salón rico o salón de Abderramán III, utilizado para la recepción de embajadas importantes, así como para celebrar las fiestas anuales de ruptura del ayuno y de los sacrificios, que tuvieron lugar en Medina Azahara entre los años 971 a 976.

El Salón Rico fue mandado a construir entre los años 953 y 957 por Abderramán III , como así atestiguan las inscripciones epigráficas aparecidas en basas y pilastras en su interior; tiene planta basilical de tres naves longitudinales con otra transversal en su entrada que actúa de pórtico. Este salón está decorado con relieves de ataurique en mármol en sus zócalos, seguido por relieves de distintos motivos hasta la típica cubierta de artesonado de madera. Sus columnas alternan los fustes de mármol rosa y azul, rematados por cimacios y los típicos capiteles de avispero califales, desde los que arrancan los característicos arcos de herradura, en los que se da la alternancia de dovelas.; es aquí donde se formalizan las características del arco de herradura califal, dónde el alfiz aparece como envoltorio protector del propio arco. Sobre éstos se apoya el friso corrido en contacto con la techumbre de madera. Destaca de todo el conjunto una serie de tableros, cuyo tema único es el árbol de la vida.

Constituye la pieza maestra del conjunto arquitectónico que incluye el Jardín Alto. Ambos, el Salón y Jardín, forman parte de una misma concepción con fuerte simbolismo religioso y político, que tiene por objeto la magnificación del califa.

A oriente del Salón, y conectadas con el mismo, se construyeron un conjunto de habitaciones pavimentadas en mármol blanco, así como el llamado “patio de la pila”, que forma parte de las estancias previas a un baño de reducidas proporciones.

Casa de los Visires

Casa de los Visires. Acrílico sobre madera, del artista Pedro Roque. Museo de BB.AA. de Badajoz.
La sala de cinco naves de la Casa de los Visires se abre hacia una ancha y elevada acera, desde la cual bajan unas escaleras hacia una gigantesca plaza cuadrada, hoy adaptada como jardín. Sobre la función de este edificio hay diferentes opiniones. Durante mucho tiempo fue llamado “la Casa del Ejército” pues las medidas de la sala y de la explanada parecen aludir a funciones representativas. Sin embargo hoy se supone que el edificio estaba a disposición del personal encargado de la administración.

Muralla y puerta norte

La medina estuvo cercada por una gruesa muralla, que constituye más un límite que un dispositivo militar estrictamente defensivo. Sólo ha sido excavado el tramo central de la muralla norte, construida con sillares de piedra caliza, como toda la ciudad, a soga y tizón. Al exterior se refuerza con torres rectangulares y en el interior presenta contrafuertes como refuerzo estructural, para contener el empuje de las tierras de la ladera.

En el centro de esta muralla norte se abre una puerta donde existía un camino que conectaba Medina Azahara con Córdoba. Este acceso norte al Alcázar presenta una disposición acodada, quebrada, que responde al tipo de “puertas en recodo” utilizadas frecuentemente en la arquitectura militar islámica. Lo que actualmente se observa corresponde a la restauración realizada durante los años 30 del siglo XX por Félix Hernández, ya que casi la totalidad de la estructura original quedó desaparecida debido a los expolios sufridos en los muros.

Mezquita Aljama

En la terraza inferior se sitúa la mezquita aljama. De planta rectangular, aparece orientada hacia el sureste y sus elementos básicos (patio, sala de oración y alminar) se organizan según el esquema característico del occidente islámico. La sala de oración es de planta basilical, con cinco naves separadas por arquerías de herradura. Al noroeste se levanta el alminar, de planta cuadrada al exterior pero octogonal al interior.

En el lateral oriental del Jardín Alto, un pasadizo cubierto (sabat) permitía al califa desplazarse hasta su interior, salvando el desnivel de la calle con un puente del que solo restan sus arranques; así penetraba en la mezquita a través de la doble quibla que daba a la maqsura, construida a base de barro cocido. El resto del suelo de la sala de oración estaba cubierto con esteras de esparto, algunos de cuyos restos aparecieron en la excavación.

El exterior de la mezquita presentaría muros lisos con contrafuertes coronados por almenas dentadas, centrándose su decoración en las puertas.

Se construyeron una serie de habitaciones frente a la fachada principal de la mezquita, que tanto por la distribución y emplazamiento, se pueden identificar como una casa de limosna (dar al-sadaka).

Historia de sus excavaciones

A pesar de la riqueza y solidez de los materiales empleados, Medina Azahara no llegó a sobrevivir ni siquiera un siglo tras su construcción, pues fue destruida y saqueada en el 1010, como consecuencia de la guerra civil (o fitna) que puso fin al califato de Córdoba. Su saqueo y desmantelamiento prosiguió en siglos sucesivos, pues fue utilizada como "cantera artificial" para la construcción de otras edificaciones posteriores en la ciudad de Córdoba.

Uno de los objetos más importantes hallados fue la caja de marfil con inscripciones llamada Píxide de Al-Mughira, que se conserva en el museo del Louvre.

El Píxide del Príncipe Al-Mughira, expuesto en el Museo del Louvre, París.

De una manera oficial, las primeras excavaciones se produjeron en el año 1911 y no han parado desde entonces. El arquitecto Félix Hernández Giménez fue el investigador que excavó la parte central del alcázar (una superficie de 10 hectáreas y media), así como se produjo la restauración del Salón de Abderramán III. En 1985, el conjunto pasa a depender de la Junta de Andalucía desde la cual se han venido continuando las excavaciones de la ciudad palatina.

Desde abril del año 2007 se han iniciado, por primera vez, excavaciones en el exterior de la zona del Alcázar, con el fin de documentar el trazado de la muralla sur de la ciudad, así como de localizar alguna de las puertas secundarias y estructuras intramuros y correspondientes a los arrabales. El objetivo último de esta excavación es posibilitar en un futuro un itinerario de visita que transcurra, desde el nuevo centro de visitantes al sureste del yacimiento, a través de los caminos originales de la ciudad palatina.

Entre los descubrimientos más inmediatos de esta nueva campaña destacan las fosas de expolio de la muralla, así como una mezquita.

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