miércoles, 8 de julio de 2009

Beneficios de la Danza Oriental

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La danza del vientre, más que una forma de exhibicionismo posee una dimensión terapéutica y espiritual que se remonta a un pasado lejano, cuando se practicaba en los templos sagrados de Egipto y de la India.

El desbloqueo de tensiones y emociones, y la aproximación de la mujer a su propia identidad, son algunos de los beneficios que aporta a sus practicantes.
Las mujeres que comienzan a practicar la danza del vientre aseguran que no tiene nada que ver con el tipo de ejercicio que venían practicando hasta ese momento. Varios son los beneficios que se le atribuyen.

Moldea la figura sin esfuerzos violentos, por lo que está indicada para cualquier mujer sea cual sea su edad y condiciones físicas. Tampoco se requiere una estructura corporal determinada como puede pasar por ejemplo con la danza clásica y lo pueden practicar mujeres altas, bajas, rellenitas, maduras...

Se mueven muchos músculos del cuerpo y logra una correcta postura, incluyendo la colocación de la espalda. Se gana en flexibilidad, coordinación y conocimiento del propio cuerpo.

"La danza del vientre es un trabajo corporal completo que ayuda a la mujer a descubrir su propio cuerpo y a valorarse. Es el resurgir de lo femenino.

En los últimos años, la danza del vientre se ha revelado como un instrumento eficaz para ayudar a la mujer a explorar su condición femenina.

BENEFICIOS DE LA DANZA ORIENTAL PARA LAS EMBARAZADAS



Inmaculada García es una joven enfermera alicantina que trabaja también como profesora de danza oriental y que se encuentra embarazada de casi nueve meses.

Afirma que este tipo de baile es muy beneficioso para las mujeres embarazadas y que incluso ha asesorado a un grupo de matronas que han adoptado algunos de los movimientos de esta danza en sus tablas de preparación al parto.

Esta joven profesora es madre de una niña y actualmente está a una semana de dar a luz a su segundo hijo. Durante el primer embarazo estuvo practicando danza del vientre como alumna hasta los ocho meses de gestación, y el parto, comenta, "fue rapidísimo" y "sin ningún problema de dilatación".

La danza del vientre, según explicó, aporta muchos beneficios a las mujeres encintas, ya que "fortalece todos los músculos que van a participar en el momento del parto".

Además, añadió, cuando se baila "estás fortaleciendo los músculos para que puedan sujetar mejor el feto durante todo el embarazo", para evitar problemas de desprendimiento, y "también elimina ansiedad y favorece el buen humor".

Así, relató, cuando se practica danza se trabajan sobre todo "los músculos del perineo, del bajo vientre, los abdominales" y también los torácicos, "con lo que refuerzas también la capacidad torácica".

Estos músculos del suelo pélvico, que son los que se utilizan en el parto, "no se usan normalmente", y por tanto, "se atrofian". Por ello, al bailar se utilizan y adquieren "más elasticidad y flexibilidad", con lo que "a la hora de dar a luz son mucho más elásticos y flexibles y la dilatación es mucho más rápida".

Con la danza se utilizan también los glúteos y se fortalece "mucho" la zona del sacro, "con lo que hay una disminución muy grande de lumbalgias". De hecho, destaca, "yo creo que en ninguno de los dos embarazos he tenido problemas de lumbalgias".

Inma señala que simplemente la postura básica de la danza oriental ya "te ayuda a mantener la postura, a fortalecer todo lo que son los músculos del perineo, del abdomen y de la parte del sacro, para que a la hora de estar embarazada no se utilice la espalda de apoyo, porque las embarazadas tendemos mucho a usar la espalda como apoyo" debido al peso que se siente delante, con lo que las lumbalgias y sacralgias están a la orden del día.

Con este baile se utilizan también mucho las piernas, con lo que se producen "menos problemas de varices, de trombosis o de edemas", indica Inmaculada, quien destaca que esta danza es "fabulosa".

Esta joven enfermera comenta que en el embarazo de su primer hijo estuvo practicando danza como alumna hasta "casi el octavo mes" y que el parto "fue rapidísimo; en una hora mi hija vino al mundo sin ningún problema de dilatación".

En su opinión, bailar mientras se está embarazada es una "experiencia preciosa"; es "como si estuvieras meciendo a tu hijo, como si lo cogieras". "Como además lo que utilizas es esa zona, justo donde está él, es como si lo llevaras ya en tus brazos, como si lo acariciaras, lo mecieras, es como si estuvieras bailando con él; algo muy íntimo, conectas mucho con él, desde el primer mes", señala.

Inma comenta que bailar durante el embarazo no tiene, en principio, contraindicaciones, aunque hay que hacerse una revisión médica y tener en cuenta que la placenta "esté bien enganchada, que no haya peligro de aborto y que el feto esté bien cogido". "Si todo está bien, no hay ningúna contraindicación", afirma.

Señala que la comunidad médica y científica "está estudiando" los beneficios del baile en las embarazadas y que "cada vez están más a favor de usar la danza". De hecho, comenta Inma, "muchas alumnas ya me vienen diciendo, es que el médico me ha dicho que haga danza".

Además, un grupo de matronas, "que ha visto los movimientos que usamos y que son buenos para el parto, tanto para el preparto como el postparto, y para el climaterio", pidió a Inma que les diera unas charlas para poder llevar algunos de los movimientos de la danza del vientre a las tablas de preparación al parto.

Inmaculada recomienda a las mujeres embarazadas que practiquen danza del vientre e incluso antes de saber que están encinta, pues "te va a servir para todo, para regular la menstruación, para eliminar dolores, para prevenir problemas de ovarios o para bloqueos sexuales".

Y es que, según comenta, la zona que se trabaja en este tipo baile es donde reside la energía de la mujer, y "si no la utilizamos, la estancamos y entonces vienen problemas ováricos, de menstruación...".

Por último, Inma explica que el origen de la danza oriental, "como de todas las danzas, era visto como un culto, como un ritual frente a la fecundidad, prosperidad, la sensualidad...; la mujer estaba vista como una especie de diosa, porque era ella la que llevaba adelante la especie". "La que procrea realmente es la mujer, y estaba considerada como la diosa de la tribu, y el hecho de danzar es una especie de permiso a los hombres para que puedan copularlas", añade.



Fuente:
http://samarana.nireblog.com/

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